Los retos de ser estudiante.

¿La educación superior realmente dejó de ser un privilegio?

Ariadna Jiménez.

9/18/2023

Como olvidar aquellos comentarios, esos, donde te decían que hoy es más fácil estudiar, que hoy es más sencillo ir a la universidad y que antes, terminar una licenciatura era un completo privilegio. Es cierto, a día de hoy, existen mayor cantidad de universidades, la tecnología está en su punto más alto y con tan solo teclear unos segundos tenemos la respuesta a nuestras preguntas. Hoy, podemos transportarnos por la ciudad con mayor facilidad, y aplicar a distintas áreas de conocimiento pero...

¿La educación superior realmente dejó de ser un privilegio?

Si algo está claro, es que un título universitario no te resuelve la vida. La competencia laboral ha sido rebasada entre el mar de trabajadores actuales y los recién egresados, y si a eso le sumamos el ambiente de trabajo y los cambios constantes que vivimos como sociedad como el desarrollo tecnológico, las oportunidades que existían antes de terminar una licenciatura definitivamente ya no son las mismas.

Además, desafortunadamente, ser estudiante no va de la mano con tener una educación de calidad. Las universidades públicas cuentan con matrículas limitadas y las escuelas particulares no son opción para las familias con ingresos promedios. Sin embargo, las y los Oaxaqueños sabemos destacar en todo, pero esto no es una casualidad, es el resultado del trabajo arduo del que venimos, porque no conocemos otra manera de trabajar si no es chingandole y buscando de puerta en puerta oportunidades.

A mi consideración, el reto principal de ser estudiante es: "El hambre". Tanto de manera literal como de manera metafórica. Si, él hambre natural por el que tenemos que pasar quienes sólo hemos traído en la morralla los pesitos para el camión o para el pan del día; pero, también, él hambre de querer superarnos, la ambición de constantemente conocer y saber más, la necesidad de actualizarnos y mejorar.

Tengo la dicha de conocer a muchas personas, que ante mis ojos, son personas exitosas. He visto su esfuerzo por superarse y por lograr sus objetivos, también, he visto como a todas nos atraviesa una misma línea: la falta de recursos.

No se puede ir con el estómago doblemente vacío, vacío por la falta de alimento y vacío por la tristeza que causa la limitación de oportunidades a la que te orilla tu nivel económico. Esta tristeza personalmente ya la he vivido, desde tener que dejar de asistir a eventos y concursos fuera de mi estado hasta perder la oportunidad de asistir a la sede de la ONU en Nueva York, así como de su agencia especializadas en Washington DC.

Lamentablemente la falta de recursos y oportunidades es un problema del que, desde la individualidad no podemos cambiar, el problema es tan sistemático que involucra todo lo que conocemos desde el capitalismo. Sin embargo, se agradece a las personas que nos impulsan a lograr nuestras aspiraciones, aquellas que marcan la diferencia de a pesito en pesito o aquellas que, con sus comentarios cálidos y su apoyo nos brindan de cariño y fuerza para seguir tocando de puerta en puerta.

Ariadna Jiménez.

Directora de la Colectiva Chicatanas.