LA DEMOCRACIA:
MENTIRA PIADOSA #1 EN MÉXICO.
POLÍTICA Y ELECCIONES
Lic. Bramdon Fernando Hernández Bautista.
El ratón de los dientes, los 3 Reyes Magos, el conejo de Pascua, Santa Claus o el Niño Dios (para costumbres más mexicanas) y la democracia... ¿A caso uno de esos no va en el campo semántico? Si tu respuesta es “No”, entonces estás en el texto correcto.
A través de nuestro trayecto formativo, por ende, también de crecimiento y construcción del ser mismo, se nos inculcan ciertas “mentiras piadosas” para generamos una alegría, una motivación, en palabras de Skinner con su teoría del estímulo-respuesta, un premio a cambio de ciertos comportamientos o ritos; encerrados en un misticismo: un ente mágico que viene y deja obsequios, regalos, caramelos y chocolates y, por qué no, al mesías que cada sexenio vendrá a “reparar” el daño nacional arrastrado por años y años.
Y es que pareciera que, en cada elección, nos volvemos esos niños y niñas ingenuos y llenos de sueños, esperanzados y crédulos de cada promesa y discurso tan hermosamente adornado y estructurado para seducirnos el oído y hacernos vibrar el corazón, logrando así obtener nuestro “voto de fe”, ese tan valioso voto que, sin él, no podrían llegar a representarnos a capa y espada, para hacer valer nuestros derechos, atender nuestras necesidades y darnos un mejor rumbo...¡Ay,ajá!
Antes que nada, debemos definir qué es la democracia tal cual. Desde la Grecia antigua, significa poder del pueblo, y se ejercía en las polis, es decir, la ciudad era de todos, y evidentemente todos, y no sólo los gobernantes, eran responsables de ella. Para Fernando Savater, la democracia es algo más que un simple sufragio cada período electoral, sino más bien una forma de vida que encaja con la globalización actual, misma que está y debe estar presente en cada momento de nuestro día con día.
Sin duda, la democracia moderna fue el resultado de un proceso político-intelectual desarrollado en Francia en el siglo XVIII, conocido como la Ilustración. De ahí proviene la democracia actual, misma que llevó a los colonos estadounidenses a separarse de Inglaterra y, posteriormente, la fuente ideológica de la Revolución Francesa.
Desde 1824 en México se propuso la democracia, lo malo de todo esto es que no se propuso la educación, y la democracia en un país ignorante no es más que discursos tiranos y demagogos que someten al pueblo con el mismo pueblo como pretexto.
De 1940 a 1988 la democracia fue un hermoso discurso y terapia ocupacional; para el año 2000 se nos hizo pensar que cambiar de partido al poder, es mera democracia (aunque estén conformados de los mismos políticos); para colmo de males, se nos convenció que si tomábamos los despojos humanos de cada uno de los partidos de siempre, los mezclamos, los teñimos de color guinda, los congregamos con un nombre distinto y dejamos que el dinosaurio de siempre siga en el trono, de alguna forma extraña, ahora sí tendríamos democracia.
Es sorprendente que, tras seguir los pasos inspiracionales de Europa y nuestro vecino del Norte, luego de dejar el primer imperio mexicano, después de la independencia, no seamos capaces también de replicar aquellos hábitos que llevan al éxito de prácticas como la democracia misma, o un mejor ejemplo: la República Federal (concepto que nos fusilamos directamente del Tío Sam).
Para que exista democracia, el prerrequisito por excelencia es la educación. Somos el último lugar en libros leídos por habitante, además de ser el país que menos años permanecemos en el sistema educativo; posiblemente porque la realidad económica orilla a trabajar, o quizá por la realidad social en la que, en un país de compadres y amigochos, el estudio termina teniendo muy poca relación con el progreso social; los problemas de la ignorancia en nuestro país son verdaderamente graves año tras año, una pena que, pese a ser uno de los países que más dinero destina a la educación, sea también el último lugar en gasto por estudiante, entendiendo que ese dinero se queda más en sindicatos que aulas.
¿Y a dónde llegará esto, que pasó de mitos de la infancia, democracia y ahora problemas de educación nacional?, al punto central de este planteamiento: quien carece de educación, por antonomasia, ignora por completo la realidad de su pasado, su historia, aquello que cimentó todo y cuanto nos rodea, haciéndonos creer justamente que, cada seis años, basta con emitir un sufragio para mejorar las condiciones. ¡Despierta mexicano y mexicana!, acaso ¿Olvidamos que fue Estados Unidos quien colocó, a su conveniencia, a Carranza en el poder?, ¿Que fueron los gringos quienes estuvieron detrás de Juárez para derrocar a Maximiliano?, ¿Que el padrino de Madero, para arrebatarle a Don Porfirio el poder, fue nada más y nada menos que nuestro vecino de arriba?, yo veo de todo menos democracia en todos estos sucesos históricos que fueron dándole estructura a la nación, y tan desconocemos éstas situaciones, que irónicamente aplaudimos que en pleno 2024 se sigan repitiendo prácticas ancestrales disfrazadas de austeridad, amor al pueblo y transformación.
Por ello, coincidiendo totalmente con la opinión del Dr. Juan Miguel Zunzunegui, en México no existe realmente la democracia, porque tanto el pueblo y políticos, no pueden generar algo diferente.
Me temo, mis jóvenes ilustres que se inducen en la política, que no están descubriendo el hilo negro.
La democracia, también, conlleva al respeto por las minorías, ¿Ustedes lo han visto en derredor a nuestra historia?, porque pareciera que es un “estás conmigo o contra mí”, razón por la cual hemos tenido infinidad de antecedentes acerca de protestas, pacíficas y no pacíficas, de estas minorías: el 02 de octubre, los simpatizantes del mismo AMLO en 2006 tras señalizar fraude electoral, y hasta el pasado 10 de septiembre con las personas en contra de la Reforma al Poder Judicial.
Desfavorablemente para nuestra bella nación, el adoptar conceptos que la mayoría desconocemos conlleva a grandes y graves problemas político-sociales; la democracia es justamente esa mentira piadosa que se nos ha dicho al paso del tiempo, para llenarnos de esperanzas y posibilidades, sin embargo, el análisis hacia ella nos da resultados totalmente contradictorios, donde sólo unos cuantos de <<allá arriba>>, refiriéndome al mando supremo en esta ocasión, mueven los hilos a conveniencia de sus intereses y partidos, dejando esa vox populi en un rincón olvidado (salvo cuando necesitan nuevamente del llamado “voto de fe).
Para finalizar, hago un llamado para que la educación sea el pilar que sigamos fortificando y mejorando, sin ésta nos mantendremos en la penumbra de incertidumbre, ignorancia y sometimiento, ante las desinformaciones y discursos tan llenos de palabras bellas, pero vacíos de verdadera convicción y acción.
Entonces, ¿Qué le vas a pedir a la democracia que te traiga el próximo 2030?, porque hasta el día de hoy, sólo es un mito y falacia más en la que basamos nuestra soberanía, además de ser la justificante para actuar, muchas veces, de maneras poco ortodoxas por parte del Ejecutivo Federal.