AYER TE QUISE POR AMOR AL ARTE, HOY POR DELICADEZA…

Una de las consecuencias que trajo la pandemia del COVID-19, la percepción a la salud mental.

ARTE Y CULTURA

Lic. Bramdon Fernando Hernández Bautista.

Una de las consecuencias que trajo, en parte, la pandemia del COVID-19, fue el cambio en la percepción total de la sociedad hacia diversos temas, derivados del “encierro”, y de las afecciones a la salud mental de las personas En el ámbito de las relaciones afectivas, no fue la excepción; desde la apertura a ideas como la práctica del <<poliamor>>, el <<ghosting>>, hasta lo efímeras que resultan ser las relaciones actuales, por miedos al compromiso, verbigracia, entre otros factores psicosociales.

En este artículo, profundizaremos en temas clave, mismos que podrían ayudar al lector a la comprensión y mejor manejo en sus venideros senderos amorosos, tales como la diferenciación entre el amor y el enamoramiento, así como la importancia de la comunicación asertiva.

Y es que fue una maravilla utópica lo que Walt Disney nos vendió desde la infancia en sus encantadores filmes, con príncipes y princesas amándose a primera vista, en mundos de caramelo, vino y rosas, muy lejanos a la realidad que representan los vínculos de relaciones interpersonales, más aún, de pareja. Así pues, debemos entender primeramente que el enamoramiento nada tiene que ver con el amor.

Las mariposas en el estómago suelen ser una pandilla de mentirosas. Las relaciones de pareja ni se buscan, ni se encuentran: se construyen en el tiempo y con el tiempo.

Para entender esto, debemos iniciar diferenciando ambos conceptos:

  1. Amar, es una decisión, implica acciones, se necesitan dos personas adultas y lleva a un compromiso amoroso erótico.

  2. Estar enamorado, es un sentimiento, implica una emoción estremecedora, es pasajero y basta con que una sola persona lo sienta.

Una de las consecuencias que trajo, en parte, la pandemia del COVID-19, fue el cambio en la percepción total de la sociedad hacia diversos temas, derivados del “encierro”, y de las afecciones a la salud mental de las personas En el ámbito de las relaciones afectivas, no fue la excepción; desde la apertura a ideas como la práctica del <<poliamor>>, el <<ghosting>>, hasta lo efímeras que resultan ser las relaciones actuales, por miedos al compromiso, verbigracia, entre otros factores psicosociales.

En este artículo, profundizaremos en temas clave, mismos que podrían ayudar al lector a la comprensión y mejor manejo en sus venideros senderos amorosos, tales como la diferenciación entre el amor y el enamoramiento, así como la importancia de la comunicación asertiva.

Y es que fue una maravilla utópica lo que Walt Disney nos vendió desde la infancia en sus encantadores filmes, con príncipes y princesas amándose a primera vista, en mundos de caramelo, vino y rosas, muy lejanos a la realidad que representan los vínculos de relaciones interpersonales, más aún, de pareja. Así pues, debemos entender primeramente que el enamoramiento nada tiene que ver con el amor.

Las mariposas en el estómago suelen ser una pandilla de mentirosas. Las relaciones de pareja ni se buscan, ni se encuentran: se construyen en el tiempo y con el tiempo.


Enfoquémonos en este último: Estar enamorado es como una bebida energética que da a las personas fuerza para tomar decisiones, emprender caminos y dibujar curvas. Sin embargo, es egoísta, pues uno se mira en lo mejor que nos regresa el espejo de nuestra percepción y, en este proceso, ve en el otro un reflejo idealizado.

Aunque pensemos que la persona de la que nos enamoramos es muy distinta a nosotros, siempre hay comunes denominadores: interpretaciones del mundo, carencias, ansiedades y defensas que provienen de la infancia y nos identifican. Es muy inestable, es una situación que evoluciona hacia el amor, hacia la hostilidad o hasta el rompimiento.

Durante éste, siempre hay una amenaza de pérdida de la definición individual, que genera mucha ansiedad, entonces, se necesitará levantar una defensa. Se comienza a considerar la diferencia con el otro como algo malo y, de ese modo, la identidad personal queda a salvo. Es una verdadera paradoja, ya que, al experimentar lo mejor de uno mismo, aparece lo peor.

Al pasar esta emoción, se esfuma la distorsión de la realidad del otro y de la parcialidad de uno mismo, llegando así a la <<resaca>> del enamoramiento, que veremos a continuación.

Durante el enamoramiento, la corteza prefrontal de nuestro cerebro produce una cantidad inusual de oxitocina, hormona que cumple el famoso dicho que afirma el "Amor es ciego".mNos convertimos en el animador de una borrachera memorable.

La oxitocina tiene un tiempo limitado para entrar en el "festejo" de las neuronas, luego, éstas se cierran. La fiesta durará 3 años como máximo -a veces tres días-, dicen algunos estudios, aunque hay que entender que los cambios psicológicos son más rápidos.

Así mismo, el enamoramiento libera también endorfinas, que nos hacen sentirnos mejor física y emocionalmente. Cuando se diluye la percepción de haber estado en el cielo, la disminución de este neurotransmisor es una estrepitosa caída al suelo. Razón por la cual se dice que "nunca te cases si estás enamorado".


Tras esta "fiesta", la resaca será terrible, traducida como desamor, mismo que puede sentirse casi físico, como si la otra persona nos arrancará pedazos, y nosotros, al mismo tiempo, arañamos la piel contraria.

Algunas veces, cuando el enamoramiento no es correspondido, se convierte en una crisis al no encontrar el objeto amoroso; cabe resaltar que el enamoramiento se puede también confundir con el deseo sexual, agradecimiento, una gran admiración, culpa, e inclusive odio, entre otros sentimientos que se vierten en una relación y crean el "delirio erotomaníaco", aunque eso siempre tiene un final inevitable.

Que se acabe el enamoramiento es un paso saludable hacia adelante, pues supone una mutilación de la personalidad, y si durara, se convertiría en un profundo empobrecimiento del Yo.

Entonces, el enamoramiento nace de la anestesia y la ceguera, los ojos enamorados distorsionan la visión del mundo y de sí mismos, la persona puede pasarse la vida enamorada y así ausentarse de sus propios conflictos personales, a diferencia de lo que pasa con el amor, que resulta ser un acto consciente, personal y gratuito. Es imposible amar a quien no nos ama.

La idea de uno mismo en el otro se unifica aquí, elegir a alguien implica manejar la duda de cómo habría sido la vida si se hubiese tomado otra decisión. Dudas que se pueden despejar en la relación amorosa real, sin que se pierda la individualidad de los involucrados, y emprendiendo un camino común.

Amar, es un verbo, una conducta, una capacidad que se desarrolla hacia el infinito, es decir, relaciones de pareja con libertades individuales en crecimiento, lejos de convertirse en lo llamado <<Amor finito (Romeo y Julieta)>>, donde la relación de pareja se ve como propiedad privada, plena de pensamientos mágicos.


Ahora bien, identifiquemos las diferencias entre las ideas y emociones del amor.

Primeramente, como idea, surge como un constructo social heredado en el siglo XII al servicio de la producción y la consolidación de ese sistema, cambia según la cultura, existe una separación de hombres y mujeres por el romanticismo, colocándolas a ellas como esposa (sumisa) y amante (erótica). ¿Bastante retrógrada, no creen?

Como emoción, surge de la acción misma de amar, y entenderse debe que hay distintas maneras de amar como persona, está en todos los seres humanos de manera natural, permite la aceptación, construye relaciones recíprocas y compatibles, desaparece la violencia y promueve el placer de estar juntos y el gusto por integrarse a la libertad.

A este punto, si dos personas tienen proyectos personales, y entre ambos, otros en los que comparten Valores, Intereses y Deseos (VID), entonces es probable que el espacio vital de la relación de pareja se vaya incrementando y fortaleciendo. Entre más crezcan los proyectos individuales, más crecen los proyectos de pareja.

Por eso, el enamoramiento siempre estará en la cuerda floja, evoluciona hacia el amor o se vuelca hacia la hostilidad y el final de la relación. Motivo por el cual, es menester saber manejar con madurez y autoconocimiento lo que sucede durante el enamoramiento, así como el respeto y entendimiento del individualismo y libertad del otro.

Bramdon Fernando Hernández Bautista.

Licenciado en Educación Secundaria especializado en Biología, secretario nacional de Educación de la Unión Política Jurista Juvenil.

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